Volcada…tibia entre tus sabanas…
tu cuerpo se desliza entre mis muslos…
suavemente envuelve mi piel mojada…
sucumbo al latir de tu sangre…
y en plenitud me quedo tendida debajo de ti…
anidando en tu piel desnuda…
La luz se apaga…
mi vientre se aloja sobre el arco lunar de tus caderas…
la lluvia nace…aumenta…penetra…
por las bóvedas recorriendo paredes…
Mi humedad emana como almíbar…
en un grito..arrojándome al placer…
que jamás haya germinado…
de esta alma derramada en fuego…
¡Oh Mi Dulce Tormento!
¡Mi Amante Dichoso!
que siempre me arrebatas
en el placer de amarte... todo mi aliento….
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